dissabte, d’octubre 08, 2016

Sanzsoto, artista de roca y espumas

Carmen Sanzsoto. Fotografía: Mercè Bagaria

Carmen Sanzsoto ultima los detalles de In question la exposición que se inaugurará el próximo día 14 de octubre en Blanes, en la Casa Saladrigas. Además de contemplar una retrospectiva de la obra más representativa de la última década, podremos admirar cuadros, en los cuales plantea el empeño personal de ir por un lado mientras la vida insiste en llevarnos por donde a ella le apetece. La tensión que surge del «yo quiero ir por aquí» y el «tú has de ir por allá» es reflejada con carácter lúdico en telas impregnadas de luz mediterránea, del azul del mar que tanto ama. Sin embargo, Sanzsoto no consigue abstraerse de la actualidad azarosa que nos ha tocado vivir, una actualidad que la obliga a reflexionar en cada lienzo y la lleva a pintar «un cuadro para cada instante de peligro». Como en la vida, los asuntos triviales y los transcendentes encuentran su lugar en el particular universo pictórico de la artista.

El libro que da a conocer la obra de Sanzsoto
Al tiempo que se inaugura la exposición, se presentará el libro Sanzsoto, de roca y espumas, a caballo entre la biografía, la entrevista y una guía de la obra pictórica, un puzle que María Jesús Soler Fernández encaja cuidadosamente para dar a conocer más a fondo al público la figura de Carmen Sanzsoto, una mujer que pinta como vive, con valentía y pasión. Por todo ello, se imponía una charla con la artista, que se excusó diciendo que es «mujer de pocas palabras, que todo cuanto ha de decir ya lo dicen sus lienzos». Aun así, conseguimos que venciera por unos instantes su timidez y dejara asomar al exterior la mujer que, tan celosamente, guarda en su interior.

PASIÓN POR EL MAR

Le preguntamos que por qué es «de roca y espumas». Carmen asegura que, de la roca, tiene la persistencia; de la espuma, la tendencia natural a dejar fluir las sensaciones, y nos hace partícipes de su pasión por el mar, una pasión que nació ya siendo niña y que se fue acrecentando con el paso del tiempo. Fue su pareja, el pintor gallego Manolo Trallero, quien la inició en la navegación. Ambos compartían la atracción por el mar y navegaron juntos muchos años. Ahora Carmen navega por la vida en solitario, pero sigue buscando inspiración en el mar y reconoce que prefiere el mar bravío. «Me inspira la tormenta mucho más que la calma. La tormenta que azota la roca y hace volar la espuma y transmite pasión». Y tomando el mar como metáfora, asegura que le encanta bucear, sumergirse en lo más profundo, porque es en las profundidades donde se encuentra la belleza, los tesoros, donde moran los sentimientos. «No puedes contemplar el mar desde la orilla si deseas conocerlo», que equivale a decir que no se puede pintar sin poner el alma en el lienzo.


El silencio, díptico, acrílico/tela 116 x 178  cm

Y para plasmar el alma, deja la timidez a un lado y se desnuda. Recalca que para retratarse en cada una de las pinturas «es imprescindible quitarse el corsé y, sobre todo, vibrar con lo que haces. Si no te emociona lo que estás pintando, estás perdido, te quedas sin nada que decir». Reconoce que su pincelada «es pasional, casi siempre impulsiva, a menudo morbosa, idealista la mayoría de las veces, nunca contenida». La presión, cuando tiene una exposición en puertas, le sienta bien. Lejos de angustiarla, le agudiza el ingenio y la creatividad. Si algo la estimula de verdad es un reto, cuando más inasumible, mejor. Este es uno de sus puntos fuertes. Nos pide que mejor no lo mencionemos, pero ¿cómo obviarlo?


Y un mar en mi cabeza, acrílico/tela 130 x 195 cm


El color de la rabia, acrílico/papel, 40 x 50 cm

«El truco para combatir el desaliento es aprender a reírse de uno mismo. La vida es una tragedia continua que hay que tomarse con humor, porque la vida es muy, muy corta y merece la pena ser vivida intensamente, tratando de relativizar tanto lo bueno como lo malo», nos dice, y por ello, en sus momentos bajos, se cuenta chistes o se imagina situaciones absurdas. Si algún día se mira en el espejo y no se gusta, piensa en Woody Allen, por citar un ejemplo, y en sus discursos divertidos y cargados de sentido y «me enfoco de nuevo hasta que vuelvo a reconocerme».

SU PARTICULAR GUERNICA




Bataclan, acrílico/tela, 164 x 113 cm

Del trabajo realizado a lo largo de la última década se siente satisfecha. Destaca, en especial, tres proyectos importantes. Silencio, el primero de ellos, es una reflexión sobre el mundo interior que expresa en contraposición con la música y con la imagen sugerente de rejas que impiden asomarse al exterior. En Mujer tenías que ser plasma el proceso vital que surge del «silencio» previo, como el despertar a la primavera en plena madurez personal y artística, una reafirmación del rol de la mujer, un diálogo permanente entre el cosmos y el caos. En Katharsis da rienda suelta a la denuncia en solidaridad con nuestro entorno en un proceso de depuración personal y estético. La satisfacción que siente se la proporciona, por encima de todo, el hecho de ser coherente, persistente en un estilo en el que se desenvuelve con seguridad. «La ventaja de la abstracción —nos dice— es que no tiene que entenderte todo el mundo».
En su último proyecto In question narra una historia en cada pintura, historias que surgen de los momentos complicados que vivimos en este mundo cada vez más globalizado, algunas duras, trágicas, otras tiernas, entrañables, lúdicas. Dice de «Bataclan», el lienzo con el que quiere homenajear a las víctimas de la matanza acaecida en la sala de fiestas parisina, que es «mi Guernica particular». 

MIGUEL HERNÁNDEZ, ESTROFA A ESTROFA




Páginas del libro de artista Compañero del alma compañero 
sobre el poema de Miguel Hernández "Elegía", 39 x 35 cm
 





La exposición también incluye una muestra de los «libros de artista» que Carmen elabora artesanalmente de principio a fin. Nos explica que poco después de perder a su compañero «en pleno duelo, me tropecé con Miguel Hernández y su “Elegía a Ramón Sijé”. Me vi retratada en el poema, absolutamente identificada. Mientras leía: ‘Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte… que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero’, crecía en mí el deseo de pintar el dolor, la desventura, las amapolas, las aladas almas de las rosas… Cada estrofa del poema se convirtió en una imagen». Fue la pintora quien se encargó de diseñar, maquetar y encuadernar el libro. Así nació su primer libro de artista. Un ejemplar único, como único es un cuadro. Y uno no le bastó. Carmen acababa de enamorarse del poeta de Orihuela, y ya nos hemos referido a su vehemencia. El siguiente poema que eligió para convertirlo en libro fue «Nanas de la cebolla» con la mujer morena, el niño, el hielo negro, la cuna del hambre, la escarcha de azúcar, cebolla y hambre… Y a este le siguieron otros. Más de treinta ha pintado estrofa a estrofa y tiene el firme deseo de llevar a la plástica toda la obra del poeta. Lo hace por gusto, por fidelidad a sí misma, por gratitud a los poemas que la han acompañado y que, a su vez, la han empujado a escribir los propios. Un libro de artista, no da dinero. «Por supuesto que no. Son muchas horas de dedicación, de elaboración minuciosa. Un proyecto como este solo se hace por satisfacción personal». En cada una de las exposiciones de su obra, incluye alguno de los libros que ha atesorado hasta la fecha. En la exposición que abrirá sus puertas el día 14 de octubre, también será así. En el futuro, piensa cederlos a la Fundación Cultural Miguel Hernández. «¿Dónde estarían mejor?», nos dice.


CORNÈLIA ABRIL, PROYECTO COLECTIVO




Carmen Sanzsoto trabajando en su estudio

Como no le asustan los retos, Carmen dijo «sí» de inmediato a la propuesta de formar parte del colectivo literario Cornèlia Abril. Por entonces, a finales de 2013, el colectivo aún no tenía nombre, pero sí ocho integrantes femeninas, ocho formas de pensar y de ver la vida, ocho almas distintas —Carmen define a la suya como etérea— y un objetivo inmediato: un libro de relatos, que se publicó en octubre de 2015. Carmen Sanzsoto aportó, con su estilo inconfundible, ilustraciones y poemas a las siete historias que conforman He d’anar-me’n.

¿Por qué dijo «sí» a un proyecto colectivo?, le preguntamos. Nos dice que le motiva todo aquello que, de entrada, le parece difícil. Cuanto más difícil, más estimulante le resulta, y asegura que «lo bonito es tener ante ti un camino por recorrer, lo interesante siempre es hacer el camino». Y en ese camino de la vida, Carmen ha aprendido que «no puedes juzgar a los demás según los sentimientos propios, para entender al otro hay que meterse en sus zapatos, sentir lo mismo». Asegura que se explica mejor con la paleta y la tela que con las palabras. «Lo importante no es la forma de comunicarse sino el deseo de hacerlo». Y a modo de sentencia añade: «Y no hay comunicación sin empatía. He aquí la cuestión». Y nos deja claro que cuestionarse cuanto le rodea está en su ADN, en su temperamento sutil como la espuma y persistente como la roca.


Mercè Bagaria
Escritora y periodista

Podéis ampliar información en el blog de Carmen Sanzsoto